10 años

10 años después, y me pregunto si ha valido la pena. Volteo a ver a mis niños y me pregunto si hice lo correcto.
Hay tiempos en la vida en que uno tiene que pararse a ver lo que tiene y lo que ha logrado, y sobre todo, si es lo que uno quería o no se parece nada a lo que uno pensó que sería su vida.
Personalmente, mi vida no es como yo quería. Hemos pasado tantas situaciones tan difíciles que sé que pudimos seguir solo gracias a la presencia de Dios en nuestras vidas. No hay otra explicación. El sabe que ni nuestras fuerzas ni nada de lo que tenemos pudo ayudarnos en medio de tantas cosas. Sólo El pudo hacerlo.
Ahora, 10 años después de haber iniciado este viaje, veo la vida de una forma totalmente distinta. A veces un poco cínicamente (lo admito), a veces con una tristeza inmensa al ver tanto dolor y tanta maldad, pero finalmente siempre soy optimista. Humanamente sé que no podría hacerlo. Sé que el poder de Dios es el que me hace tener ese optimismo y la fuerza de seguir adelante. ¿Para qué? No se, pero quiero verlo.
¿Ha valido la pena? Yo creo que sí. Dos pares de ojitos me lo confirman. Y aunque fuera solo por ellos (aunque hay mas cosas), sí ha valido la pena.