AÑO NUEVO...¿Y QUE HAY DE NUEVO?

Hace mucho que no escribo, y no es por no tener nada que decir, al contrario, yo creo que es tanto que no podemos empezar. Pero hoy ya estamos en un nuevo año, y la pregunta es ¿y que hay de nuevo en él?... Si somos realistas, realmente no hay mucho de nuevo, (salvo los nuevos impuestos, que eso es motivo de otro tema), pero en nosotros como personas, ¿que hay de nuevo?. Sólo muchos propósitos que no se llevarán a la realidad, buenas intenciones y dulces sueños de querer cambiar las cosas. Pero aqui la pregunta es ¿y de verdad cambiará algo?.
Pues la respuesta aquí sería un triste y definitivo NO... No va a cambiar nada que de verdad no nos comprometamos a cambiar. Mi matrimonio no va a mejorar por solo tener un año nuevo, mis hijos no serán mejores por cambiar de década, en la iglesia y el coro los problemas no se solucionarán sólo por que iniciamos el año con nueva directiva... al contrario, la experiencia nos menciona que las cosas van a cambiar, para peor...
Pero toda esta reflexión un tanto cuanto negativa (realista diría yo)tiene una razón de ser... Con todo lo que he vivido y con lo que se vislumbra en el futuro inmediato, lo único que puedo hacer para cambiar las cosas es... CAMBIAR YO MISMA.
Una de las experiencias más difíciles que he tenido con mi niño en los últimos años en su escuela sucedió hace unos tres meses, cuando uno de sus "amigos" le abrió la cara por accidente... mi reacción de inmediato fue de tanto enojo acompañado con miedo, que no puedo describirlo con palabras. Y platicando de esta experiencia en la reunión de oración en la escuela de mi niña (lo cual ha sido toda una bendición para mi), me hicieron ver que quejándome y llorando no iba a solucionar nada. Me preguntaron si no sería que Dios quiere que haga algo mas que simplemente quejarme y rogar que mi niño sobreviva completo al fin del año... eso me movió algo que he tenido guardado por mucho tiempo sin querer sacarlo... De verdad tenía que hacer algo... y lo único que se me ocurrió fue proponerme de voluntaria para ir a leerles un día a la semana al grupo (6o año de primaria).
Ya fui dos días, y la respuesta ha sido, a decir de mi niño, sorprendente. Los niños (que no leen ni en defensa propia) esperan que vaya a continuar con las lecturas, están interesados y lo comentan, y hasta le preguntan cuando regreso a seguir leyendo, y la visión que me ha llegado de ese breve momento que voy a estar con ellos, es más grande... Son unos chiquitos de 12-13 años que van a un mundo super difícil -a secundaria- y yo quiero que se lleven algo más del paso de mi hijo por esa escuela. Ya perdoné al que le lastimó su carita, pero ese coraje cambió a preocupación sincera por ellos.
Y aquí la reflexión, sobre todo para mí, es: si de verdad quiero que cambie algo, tengo que hacer algo al respecto. Esto es algo que siempre se nos dice, pero siendo sinceros, hasta ahora lo estoy interiorizando y estoy entendiendo de lo que se trata.
PUES FELIZ AÑO Y A EMPEZAR A OCUPARSE EN VEZ DE PREOCUPARSE...